jueves, 24 de mayo de 2012

Personajes

Martín Lutero
Martín Lutero (10 de noviembre de 1483 – 18 de febrero de 1546), nacido en EislebenAlemania comoMartín Lutero (10 de noviembre de 1483 – 18 de febrero de 1546), nacido en Eisleben, Alemania como Martin Luder,1 después cambiado a Martin Luther, como es conocido en alemán, fue un teólogo, fraile católico agustino y reformador religioso alemán, en cuyas enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante. Inauguró la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo e influyó en las demás tradiciones protestantes. Su exhortación para que la Iglesia regresara a las enseñanzas originales de las Antiguas Iglesias Orientales (o Iglesias Ortodoxas Orientales) y la Biblia impulsó la transformación del cristianismo y provocó la Contrarreforma, como se conoce a la reacción de la Iglesia Católica Romana frente a la Reforma protestante. Sus contribuciones a la civilización occidental fueron más allá del ámbito religioso, ya que sus traducciones de la Biblia ayudaron a desarrollar una versión estándar de la lengua alemana y se convirtieron en un modelo en el arte de la traducción. Su matrimonio con Catalina de Bora el 13 de junio de 1525 inició un movimiento de apoyo al matrimonio sacerdotal dentro de muchas corrientes cristianas. 


Teología De La Gracia De Lutéro

Las ansias de obtener grados académicos llevaron a Martín Lutero a estudiar las Escrituras en profundidad. Influido por la vocación humanista de ir ad fontes («a las fuentes»), se sumergió en el estudio de la Biblia y de la Iglesia primitiva. Debido a esto, términos como la penitencia y la probidad tomaron un nuevo significado para Lutero, convencido ahora de que la Iglesia había perdido la visión de varias verdades centrales que el cristianismo enseñaba en las Escrituras, siendo una de las más importantes de ellas la doctrina de la justificación sólo por la fe. Lutero empezó a enseñar que la salvación es un regalo exclusivamente de Dios, dado por la gracia a través de Cristo y recibido solamente por la fe.7
Más tarde, Lutero definió y reintrodujo el principio de la distinción propia entre la Ley de Moisés y los Evangelios que reforzaban su teología de la gracia. Como consecuencia, Lutero creía que su principio de interpretación era un punto inicial esencial en el estudio de las Escrituras. Notó que la falta de claridad al distinguir la Ley Mosaica de los Evangelios era la causa de la incorrecta comprensión del Evangelio de Jesús en la Iglesia de su época, institución a la que responsabilizaba de haber creado y fomentado muchos errores teológicos fundamentales.

Controversía Por Las Indulgencias
 Martín Lutero sirvió como predicador y confesor en la iglesia de Santa María de la ciudad. También predicaba habitualmente en la iglesia del palacio, llamada también "de todos los santos", debido a que tenía una colección de reliquias donde había sido establecida una fundación por Federico III de Sajonia. Fue durante este periodo cuando el joven sacerdote se dio cuenta de los efectos de ofrecer indulgencias a los feligreses.
Una indulgencia es la remisión (parcial o total) del castigo temporal que aún se mantiene por los pecados después de que la culpa ha sido eliminada por absolución. En aquella época, cualquier persona podía comprar una indulgencia, ya fuera para sí misma o para sus parientes muertos que permanecían en el Purgatorio. El fraile dominico Johann Tetzel había sido reclutado para viajar por los territorios episcopales de Alberto de Brandeburgo (arzobispo de Maguncia) vendiendo indulgencias. Con el dinero obtenido por dicho medio, se esperaba financiar la edificación de la basílica de San Pedro en Roma, Italia, y comprar un obispado para Alberto de Hohenzollern.
Lutero vio este tráfico de indulgencias no solo como un abuso de poder, sino como una mentira, que, no teniendo base en las Escrituras, podría confundir a la gente y llevarla a confiar solamente en la mentira de las indulgencias, dejando de lado la confesión y el arrepentimiento verdadero. Lutero predicó tres sermones contra las indulgencias en 1516 y 1517. Pero su enojo siguió creciendo y, según la tradición, el 31 de octubre de 1517 fueron clavadas las 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg como una invitación abierta a debatirlas. Las tesis condenaban la avaricia y el paganismo en la Iglesia como un abuso, y pedían una disputa teológica en lo que las indulgencias podían dar. Sin embargo, en sus tesis no cuestionaba directamente la autoridad del Papa para conceder indulgencias.
Las 95 tesis de Martín Lutero8 fueron traducidas rápidamente al alemán y ampliamente copiadas e impresas. Al cabo de dos semanas se habían difundido por toda Alemania y, pasados dos meses, por toda Europa. Este fue uno de los primeros casos de la Historia en los que la imprenta tuvo un papel importante, pues facilitaba una distribución más sencilla y amplia de cualquier documento.

Erasmo De Rotterdam
Erasmo de Róterdam (Róterdam, 28 de octubre de 1466 - Basilea, 12 de julio de 1536), conocido como Desiderius Erasmus Rotterdamus, nacido Geert Geertsen, también llamado Gerrit Gerritszoon (Gerardo, hijo de Gerardo), fue un humanista, filósofo, filólogo y teólogo holandés, autor de importantes obras en latín.Nació el 28 de octubre de 1466 en Róterdam, fue hijo bastardo de un sacerdote de Gouda y su sirvienta Margaretha Rogerius (Rutgers). Después de ser ordenado sacerdote (a partir de 1490), Erasmo estudió en la Universidad de París, que se encontraba en ese momento viviendo con gran fuerza el Renacimiento de la cultura de Grecia y Roma. Posiblemente en esta etapa se encuentren los comienzos del pensamiento humanista de Erasmo, que convirtieron al joven en un pensador libre y profesor de ideas independientes.

Lucha Contra Las Diciplinas Y Las Instituciones
No sabemos cuál de las tres instituciones educativas en las que estuvo internado Erasmo fue la causante del profundo rechazo que sintió toda su vida hacia la autoridad. Pudo ser la escuela primaria (de los 8 a los 13 años), el convento agustino (de los 16 a los 22) o la Universidad de París (a mediados de la década de 1490), cuando tenía más de 24 años.
Como resultado de su estancia en alguna de ellas, o en las tres, Erasmo desarrolló un sentimiento de rechazo frente a la Iglesia Católica y llegó a la conclusión de que tanto los colegios como las Universidades y, en general, la misma Iglesia, impedían pensar libremente. Desde entonces se opuso a cualquier tipo de autoridad y buscó mayor libertad leyendo a los escritores de Grecia y Roma, puesto que ellos vivieron en los tiempos en que todavía el cristianismo no había triunfado. Quizá fueran los métodos de disciplina que en las tres escuelas se aplicaba (como en todas partes) para "quebrar la voluntad" de los alumnos, lo que lo llevó a distanciarse de las autoridades. Lo que nadie podía prever era que la voluntad de Erasmo se resistiría a ser "quebrada" hasta el mismísimo día de su muerte. Por otra parte, se enfurecía al ver la "disciplina" que se aplicaba con los niños, mientras los monjes disfrutaban relajadamente contrariando los propios principios que enseñaban.
En la universidad se dio cuenta de que, en vez de enseñarse allí las nuevas ideas, lo que se enseñaba eran teorías anticuadas de los primeros siglos del Medievo, y que en vez de avanzar y estar más adelantada que el resto de la sociedad, andaba rezagada e inmutable. Esta actitud recibió siempre sus ataques.
Erasmo decidió pronto que podía hacer algo para revertir la situación: con las ideas de sus amigos de los monasterios agustinos y algunas otras ideas de John Colet, comenzó a analizar detenidamente los libros más importantes de las antiguas civilizaciones griega y romana, tratando de modernizar sus contenidos e intentando aplicarlos a la vida de la sociedad en la que él vivía, tratando de extraer lo más significativo de esos textos antiguos pero brillantes, para que cualquier persona pudiera entenderlas, penetrar en su significado.
Nunca dejó de luchar contra la cárcel espiritual que él observaba en todas partes, en todas las instituciones educativas, intelectuales, políticas y sociales de su época. Esto le acarrearía numerosos problemas a lo largo de su carrera.

Los Golpes Contra La Iglesia
Las polémicas de Erasmo contra la Iglesia han sido malinterpretadas con frecuencia. Erasmo estaba de acuerdo con la doctrina católica [cita requerida] y con la forma de organización de la Iglesia. Lo que le molestaba eran la rutina, las supersticiones, la ignorancia[cita requerida].
Pues Erasmo quería utilizar su formación universitaria y su capacidad para transmitir ideas, para aclarar las doctrinas católicas y hacer que la Iglesia permitiera más libertad de pensamiento. Estos dos objetivos no eran compartidos por los obispos del siglo XVI.
Desde su trabajo de académico versado tanto en la doctrina como en la vida monacal, Erasmo creyó su obligación liberar a la Iglesia de la parálisis a que la condenaban la rigidez del pensamiento y las instituciones de la Edad Media, ya que él creía que el Renacimiento era una manera de pensar fundamentalmente nueva. La tradición y las ideas de la Edad Media no tenían ya lugar en el mundo, y él, el "cruzado de la rectitud", debía ser el encargado de cambiar el estado de cosas.
Si se considera que la convicción de Erasmo era educar, para que el estudiante pudiese dudar de la administración y los asuntos públicos de la Iglesia y del gobierno, sus aparentes contradicciones desaparecen y comienza a visualizarse con claridad la enorme coherencia de su obra, mantenida con firmeza a través de los años y las décadas.



Juan Calvino
Juan Calvino, nacido Jean Cauvin en Noyon (Picardía) a unos 100 km al norte de París, Francia, era hijo de Gérard Cauvin y Jeanne Lefranc. Fue excelente en sus estudios y profundamente religioso desde su juventud.1
Sus primeros estudios estuvieron destinados a la carrera eclesiástica. Su formación inicial la recibió en el Collège de la Marche y en el Collège de Montaigne (allí estudiaron Erasmo de Rotterdam e Ignacio de Loyola). El padre de Calvino era abogado y en 1523 envió a su hijo, que por entonces tenía 14 años, a la Universidad de París a estudiar Humanidades y Derecho. A instancias de su padre, que pretendía que Juan Calvino siguiera el camino de las leyes, se matriculó en las universidades de Orleáns y Bourgues. En 1532, se doctoró en Derecho en Orléans. Durante su paso por los claustros universitarios tomó contacto con las ideas humanistas y reformadas. En abril de 1532, cuando contaba 22 años de edad, publicó un comentario sobre el De Clementia de Séneca, trabajo que puso en evidencia sus dotes como pensador. No está del todo claro el momento en que Calvino se convierte al protestantismo.

Su Converción
No se sabe con certeza cuándo ni cómo fue su conversión, pero sí sabemos que el uno de noviembre de 1533 ocurrió un accidente que muestra que se había operado un cambio drástico en sus convicciones religiosas. El rector de la Universidad de la Sorbona en París, Nicolás Cop, el amigo de Calvino, pronunció un discurso en ocasión de la apertura del año académico; pero más que un discurso, fue un sermón que mostraba una clara influencia tanto de Erasmo como Lutero. En este sermón, Nicolás Cop defendió la doctrina de la justificación por los méritos de Cristo, a la vez que protestó contra los ataques y persecuciones de que eran objeto los que disentían de la Iglesia de Roma: «Herejes, seductores, impostores malditos, así tienen la costumbre el mundo y los malvados de llamar a aquellos que pura y simplemente se esfuerzan en insinuar el evangelio en el alma de los fieles». Y luego añadió: «Ojalá podáis, en ese periodo infeliz, traer la paz a la Iglesia más bien con la palabra que con la espada».
El discurso cayó como una bomba en la universidad y en otros sectores, a tal punto que el Parlamento inició un proceso contra él. Por otra parte, comenzó a correr el rumor de que la mano de Calvino estaba detrás de la redacción del discurso. Si Calvino no escribió el discurso, por lo menos lo influyó en tono y contenido, que era profundamente protestante.[cita requerida] Un mes más tarde, cuando Nicolás Cop se dirigía al Parlamento para responder el sumario que se había preparado en su amigo diputado le envió una nota advirtiéndole que debía escapar por su vida, pues el Parlamento estaba siendo presionado por la corona para que fuese condenado. Es así como Calvino y Nicolás Cop deciden escapar de París.
Con poco más de 20 años adoptó los puntos de vista de Lutero: negación de la autoridad de la iglesia de Roma por derecho divino, negando la sucesión apostólica desde el apóstol Pedro, y dando primordial importancia de la Biblia como única regla de fe y conducta («Sola fides, sola Scriptura»), destacando la doctrina de la justificación del hombre por medio de la gracia.


El Testamento De Calvino
Ante la proximidad de su muerte, Calvino redactó su testamento, diciendo: «Doy testimonio de que vivo y me propongo morir en esta fe que Dios me ha dado por medio de Su Evangelio, y que no dependo de nada más para la salvación que la libre elección que Él ha hecho de mí. De todo corazón abrazo Su misericordia, por medio de la cual todos mis pecados quedan cubiertos, por causa de Cristo, y por causa de Su muerte y padecimientos. Según la medida de la gracia que me ha sido dada, he enseñado esta Palabra pura y sencilla, mediante sermones, acciones y exposiciones de esta Escritura. En todas mis batallas con los enemigos de la verdad no he empleado sofismas, sino que he luchado la buena batalla de manera frontal y directa».
Calvino mantuvo su salario de cien coronas y rehusó aceptar más. Después de vivir 55 años, sólo dejó 300 coronas a sus herederos, además de su biblioteca, que se vendió a gran precio. Cuando Calvino abandonó Estrasburgo para volver a Ginebra, quisieron darle los privilegios de ciudadano libre de su ciudad y el salario de un prebendado, que le había sido asignado. Aceptó lo primero, pero rehusó lo segundo. Llevó consigo a uno de sus hermanos a Ginebra, pero no se esforzó porque se le diera un puesto honorífico. Cuidó de la honra de la familia de su hermano, consiguiéndole la libertad de una mujer adúltera y licencia para que pudiera volverse a casar. Pero incluso sus enemigos cuentan que le hizo aprender el oficio de encuadernador de libros, en lo que trabajó luego toda su vida.




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